En la punta de la palabra está la palabra, quiero usar la palabra paranoia y no se donde ni cuando.
Pasando paranoia viene insomnio y luego torbellinos y amapolas. Todas allí dispuestas sobre el piso de mi habitación fría y blanca.
Generalmente, al entrar, sobre paranoia enciendo mi primer cigarrillo y luego miro y pienso en amapolas, me encanta amapolas. Están esos días en los que al abrir la pesada puerta de madera me encuentro con la blanca habitación y el sol entrando por las ventanas, entonces respiro profundo, muy profundo, como absorbiendo al sol, la puerta y las ventanas; cuento un dos tres y salto, exhalo, me estiro y si, llego hasta amapolas. Me siento, enciendo un cigarrillo y pienso: atrás tengo (deje) torbellinos insomnio y paranoia.
Muchas otras veces por mas que el sol esta ahí y la puerta sigue pesada y húmeda, la empujo, salto, me estiro pero no, no llego y quedo atrapado entre torbellinos e insomnio.
Mi amigo Sebastián al llegar se descalza y se va directo hacia torbellinos. Dice que le da fuerzas. Algunos días me llama para preguntarme si puede pasar 10 minutos a torbellinarse y seguir.
Algunos martes me apuro para llegar antes de las seis. Abro la puerta, las miro, las piso suavemente y me voy directo detrás del sillón. Cierro los ojos y espero, entonces escucho la llave, mi corazón va más fuerte, el aire más lento. Te odio, lo vas a arruinar, pienso. Gira la llave y se escucha como repentinamente algo cambia. Se escucha como nos corre a mí, a torbellinos, paranoia, insomnio y amapolas un poco más hacia la derecha y luego entra.
El sol comienza a entrar cada vez más fuerte, con violencia atraviesa las ventanas y se refleja en las blancas paredes encegueciendo el ambiente. Los ojos empiezan a doler y se hace imposible mantenerlos abiertos. Los cierro, esta sucediendo, por fin esta sucediendo. Abro apenas mi ojo izquierdo, cierro y paso al derecho, cierro, vuelvo al izquierdo. Son figuras, son blancas y hay algunas con rasgos violetas. Van vienen recorren toda la habitación. Algunas pasan muy cerca, me rozan y las escucho, al pasar me susurran algo, una palabra, creo que dicen su nombre.
Entonces hay una que se detiene justo en frente mío, la miro, me mira. Es hermosamente blanca, como de cristal y tiene un brillo violeta que la recorre delimitando su figura. Voy a acercarme, voy a tocarte, voy a decirte…. Ella se acerca, es esdrújula estoy seguro, yo también me acerco, esta vez tiene que pasar.
Algo raro se escucha, es la llave que vuelve a girar, el sol se tranquiliza y todos nos volvemos un poco más hacia la izquierda. Las miro, siguen ahí, paranoia insomnio torbellinos y amapolas, un poco mas hermosas, siguen ahí.
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