Esto me pasó a mí pero le podría haber pasado a cualquier otro, incluso a vos que tan apacible te ves, manso, sosegado, tranquilo. A veces las cosas son mucho más complicadas de lo que parecen, en realidad siempre lo son pero a veces son mas complicadas aun. Buscarle un sentido carece de sentido porque en si, son situaciones que ocurren solo en esos instantes en los que el mundo pierde el sentido, el tiempo se olvida de ser tiempo y el espacio se termina comiendo a las personas, al tiempo y al mundo.
Ahí estamos Emma y yo, sentados sobre mi cama, desnudos, mirándonos. A Emma la conociste en la fiesta de Pablo, pelo corto y una capa de piel blanca, muy blanca que la envuelve y la deja ahí (en el medio de una fiesta), delicada, frágil. Te lo digo porque alguien dijo la palabra frágil y entonces yo pensé en ella: algún día se caería o alguien le gritaría muy fuerte..
Ahí estamos, Emma y yo, es un instante y de ese instante te quería hablar. Después o antes, todo es igual. Si tuviera que doblar mi vida a la mitad lo haría tomando el hilo a la altura de ese instante.
Estamos sentados en la cama, de frente, desnudos y nos miramos a los ojos, pero es raro, se siente raro… entonces pasa; el mundo pierde el sentido, el tiempo se olvida de ser tiempo y el espacio que... Ella me mira, firme, tranquila. Creo escuchar su respiración, “ya casi estoy adentro” me digo, y una vez adentro podrás mirarte.
Pero no,
no puedo.
Me acerco a ella, que permanece quieta, acerco mis labios a los suyos y ella que sigue quieta. Los rozo y sigue quieta. Tiemblo, abro los ojos y ella quieta me sigue mirando. Yo se que vos te quedarías con este instante, pero no, estoy seguro, es el anterior.
Entonces empiezo: una cachetada. De esas bien secas para empezar. Ella sonríe. Otra, ya un poco mas pesadita. Sigue sonriendo. “Bueno, va: “revés, derecha, revés, derecha, paff puff paff. Ella sonríe, creo que dijo me encanta. Giro, totalmente enervado, busco algo. Tengo que elegir, guitarra o velador. “Velador velador” murmura ella sonriente. Será velador perra. Tengo que elegir, base pesada o la parte de la lampara chaposa y cortante. “Base pesada, base pesada” dice ella entusiasmada. Bueno, base pesada.. La golpeo en la cabeza, base pesada en la cabeza, dos, tres veces.
La miro,
me mira
ya no sonríe como antes
y este es otro instante,
alguien más elegiría este instante
pero no, es el primero, estoy seguro
nos miramos, ella ahora seria,
me mira y dice
“Chaposa y cortante”.

Ahora no nos miramos. Ella queda ahí, muy blanca, frágil.
El mundo empieza a cobrar sentido,
El tiempo que vuelve a hacer de tiempo
Y el espacio
Yo vuelvo a ser espacio.