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23.12.07

sobre Lucas y Ana

Lucas y Ana fueron marido y mujer. Lucas conoció a Ana de la misma forma que Ana conoció a Lucas, o al menos así lo cuentan ellos: De un tropezón en el baño, yo iba al baño y nos cruzamos, yo me tropecé arriba de él ¿o fuiste vos arriba mío? ya no me acuerdo. No, no es verdad. Lucas vio que Ana iba y Ana vio que Lucas venia. Ella giro de golpe, él siguió caminando, y de golpe se encontraron. Ella le pidió disculpas y él dijo algo así como: no por favor, ha sido un honor. Ella sonrió y luego vino el tropezón que no es caída y finalmente la caída sin tropezón. Porque según Lucas toda relación tiene su caída y más tarde su retardado y final final.
Entonces Lucas no pudo permitirlo y ante las suplicas de Ana dijo sin más, esto se llama caída y no tropezón. Ella decía tropezón, y lo escribió en todas las paredes de la casa pero no alcanzo porque Lucas es Lucas y él dice, el lenguaje hace al amor. Esto es caída y se acabo.
Como se produjo la caída, en realidad es el retardado efecto del tropezón. Y el segundo tropezón fue en la radio, Lucas es periodista y Ana trabaja en el área de comunicación del gobierno. Entonces: ¿porque no? Pero no previeron aquello, uno pregunta y el otro contesta, él vuelve a preguntar, y ella contesta, él pregunta, pregunta, contesta, preguntan y contestan. No hay margen, no hay mucho para maniobrar, él no quiere maniobrar, él que ya no es él le pregunta a ella que desde el comienzo de la entrevista ya se había olvidado.

Intenso, cuando él dice intenso, las paredes parecerían curvarse, el reloj parecería dar la hora, por primera vez la hora.
Intenso, cuando él dice intenso. Suave, cuando ella dice suave. Intenso y suave es de lo que esta hecho el tiempo cuando la pasamos bien. Intenso y suave es el tercer tropezón. El de Lucas sobre Ana, en una fiesta, él está y ella también. Ella dándole la espalda, presiona con sus palmas bien abiertas los azulejos de un baño desconocido mientras él pasa sus brazos por debajo de los de ella y con sus dedos se enreda a su cabello y cierra sus puños. Ella grita suave. Él grita intenso. De fondo puede escucharse a Lou Reed decir sobre ellos. Sin pensar en nada, ambos se guardan un instante y es el mismo.

7 comentarios:

Clementina dijo...

Muy bueno! y extenso! siempre quise algo así,porque siempre me dejás con ganas demás.

y escuchando a lou reed.la frutilla de la torta es poco para el paralelismo.

te mando un beso...enorme.

Anónimo dijo...

Claro que sí, el lenguaje hace al amor. Sabiduría zen-sible.

Besos,

Vic

valentina* dijo...

buenísimo este post.
Opino igual que clementina.
Prosiga...


brillantina

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

Lo leí sin respirar.

valentina* dijo...

y?...
postée don!

Celina Villar dijo...

me sonrió el alma. muy lindo.

 

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