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3.5.08

pm

Suena el teléfono. Eme se apresura, lo encuentra, descuelga, hola. Son las diez y veintitrés y Pe le dice a Eme: Esta noche llegaré un poco muy tarde. Prepara el guiso y acuéstate. Esta noche NO HAREMOS EL AMOR. Pero no olvides el guiso y procura estar caliente cuando llegue.
Once : Cincuenta y dos. Pe y Eme. Eme desnuda entra y se enrueda a las sabanas, las sabanas a la almohada y esta a las fantasías. Delicadamente enredada, su cuerpo, otro pliegue de la sabana. Sus pies, levemente curvados, abrazan la almohada que descansa en el mismo sentido que ella, el amante que aun no llega. Desnuda, delicadamente desnuda, si apenas se mueve es para mojar sus labios con un sueño. Alguien alguna vez le dijo, quien ya no sueña lleva los labios amarillentos.
Pe entra en la habitación y es acá cuando cierro los ojos y puedo verlo todo. Él parado debajo del marco, Eme de costado acostada, de fondo la noche pareciera poder decir de cada uno de nosotros, cada paso, cada gesto.
Al comienzo fue el gesto, luego el paso y recién después las palabras. Pe se abraza a Eme por la espalda y a través de ella a la almohada, y allá van también sus fantasías. Amoldando cuerpo con cuerpo, dedos con dedos, forcejean contra la almohada y le ganan. Gritan, respiran, inhalan y exhalan placer.. y entonces es cuando están ahí, parados justo al borde de su locura, justo ahí, donde todo se condensa en un punto ínfimo, un punto apenas perceptible: la creación del universo.

Pero es tan solo un instante el de Pe y Eme, un instante en el que se dice todo, un instante en el que no se dice nada. Nuestro instante. Adios.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Bienvenido tu texto! Y yo que pensaba que no se podía escribir nada bueno a partir de eso... Será que lo mío apestó.

Beso grande,

Vic

Anónimo dijo...

Ahhhh, me encantó.
Salvo...
Que la vida no esta hecha de instantes, de momentos? Y mejor si fueron intensos como el de tu relato.(Así uno se da cuenta de que existe... a veces uno se olvida hasta de que tiene un cuerpo!). Eso hace que algo permanezca, algo queda resonando, dando vueltas, en el aire, intocable... Digo: como acabás con un universo en un instante?


pd: tus libros se están empolvando y me molestan.

beso grande!

Clementina dijo...

si, ya lo dijo Bunbury, contra la eternidad la belleza del instante. párticulas. Después de las sábanas y los pliegues hay letras. Otro instante, casi como este, que ya se termina.

Besos D.

Nadia Navarro dijo...

Como lo escribió Diane Ackerman en "Un historia natural del amor", cuando habla acerca de la espera del amado, -una espera que siempre es erótica, según Proust-:

"Sentir como si nos presionaran el pecho, y un dolor cavernoso, como si alguien llamara con un puño, en la bóveda del estómago. El minutero del reloj parece haberse congelado. Todo proceso vital se detiene, no se oye un trino de pájaro ni un motor de automóvil. El mundo parece detenerse. Reina el silencio, pero el pulso palpita como un ciervo asustado."


Si el universo se funde en un instante, es gracias a que hubo algo que se cocinó de antemano, ¿no?
Saludos.
:)

 

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